César Blanco Alba – Psicologo general sanitario Nº Col: M-43355
La psicología del «volver»: qué nos pasa cuando regresamos a casa por Navidad.
Volver a casa por Navidad no es solo hacer la maleta y recorrer kilómetros.
Para muchas personas es también un regreso emocional a vivencias, recuerdos y sensaciones que quedaron ancladas en el pasado.
Da igual la edad que tengamos o la vida que hayamos construido fuera: al cruzar la puerta de casa algo se mueve por dentro. Cambia el ánimo, cambian las conversaciones, a veces, incluso, hasta cambia la forma en la que nos miramos a nosotros mismos.
Y todo esto que nos ocurre, no es por casualidad.
Por qué volver a casa por Navidad remueve tanto
Desde la psicología sabemos que los lugares están cargados de memoria emocional.
La casa familiar no es solo un espacio físico: es donde aprendimos a relacionarnos, a callar, a adaptarnos, a cuidar o a protegernos.
Cuando volvemos:
el cerebro activa antiguos recuerdos
reaparecen emociones conocidas
se despiertan partes de nosotros que creíamos superadas
Y no es que hayamos retrocedido, es que el contexto nos hace de espejo y nos devuelve todas estas emociones y experiencias vividas.
Volver a los roles de siempre (aunque ya no encajen)
Una de las vivencias que más nos desconcierta al volver a casa por Navidad es sentir que dejamos de ser quienes somos en la actualidad para convertirnos, sin darnos cuenta, en quienes fuimos.
De pronto reaparece:
el que siempre tiene que estar bien
la que evita el conflicto
quien carga con la responsabilidad de todos
o quien nunca termina de encajar
Estos roles se aprendieron hace años y, aunque hoy ya no nos representen, siguen vivos en la dinámica familiar. Y eso puede generar enfado, desajuste, incluso tristeza y rechazo; sensaciones incómodas al no reconocernos en el papel que nos tienen reservado para estos días.
Regresión emocional: cuando reaccionamos como antes
Muchas personas se juzgan por cómo se sienten o reaccionan en Navidad:
“¿Por qué me afecta tanto esto?”
“¿Cómo es posible que vuelva a discutir otra vez por lo mismo?”
En psicología lo llamamos regresión emocional.
En contextos familiares de alta intensidad, es normal que respondamos, a veces, desde las partes más vulnerables o infantiles.
No es inmadurez.
Es una respuesta aprendida que se activa cuando volvemos a un entorno emocionalmente significativo.
La Navidad también remueve lo que no se resolvió
Volver a casa no solo trae encuentros. También pone sobre la mesa:
silencios largos
conversaciones pendientes
ausencias que pesan más en fechas señaladas
expectativas de unión que no siempre se cumplen
A veces, lo que duele no es lo que ocurre durante la Navidad, sino todo lo que nunca se habló. Y este hecho se siente más cuando la rutina se detiene estos días.
Cómo cuidarte emocionalmente cuando vuelves a casa
No siempre podemos cambiar la situación familiar, pero sí podemos cambiar la forma en la que nos tratamos dentro de ella.
Estas son algunas ideas que nos pueden ayudar:
Bajar expectativas: no buscar una Navidad ideal
Recordar quién eres hoy, no solo quién fuiste en esa casa
Aceptar emociones incómodas sin intentar corregirlas rápidamente
Poner límites pequeños, aunque no sean perfectos
Darte espacios de descanso emocional, aunque sea salir a caminar o estar a solas un rato
Cuidarse también es reconocer cuándo algo nos supera.
Volver no significa quedarse en el pasado
Regresar a casa por Navidad puede ser difícil, pero también puede convertirse en una oportunidad para mirarnos con más comprensión.
Volver no significa retroceder, significa entender de dónde venimos, reconocer lo que nos marcó y confirmar que, aunque algunas emociones regresen, nosotros ya no somos los mismos.
Y eso también es crecimiento psicológico.
